Envenenamiento de la sangre por cromo y cobalto y los implantes de cadera metálicos:
Tipos de implantes de cadera potencialmente riesgosos
Los receptores de implantes de cadera exclusivamente metálicos o implantes de cadera de metal-en-cerámica se pueden preguntar cuál es su nivel de riesgo de desarrollar metalosis. Aunque ciertos problemas en la mayoría de los implantes de cadera y de los sistemas de implantes de cadera son iguales, también hay que estar consciente de que existen diferencias importantes entre ellos. El problema con los implantes de cadera verdaderamente de metal-en-metal generalmente se manifiesta cuando la copa acetabular y la esfera se rozan durante los momentos de actividad física, provocando el desprendimiento de fragmentos de metal, que se introducen en los tejidos y la corriente sanguínea. Se creía que los implantes de metal que incorporan una esfera de cerámica evitarían este roce de metal en metal, sin embargo, en algunos casos ocurrió corrosión en la coyuntura del cuello metálico o en los rodillos metálicos, que son estructuras que permiten que varias partes del implante de cadera se encajen.
Aunque la superficie de la coyuntura entre el cuello y los rodillos de metal en esos implantes con esferas de cerámica es considerablemente menor que la superficie de los implantes con esfera y copa acetabular exclusivamente metálicas que se rozan una contra la otra, aun así los sistemas con esfera de cerámica presentan graves riesgos de provocar metalosis. Los siguientes implantes han sido retirados del mercado: Sistemas de cadera de superficie ASR XL y ASR Hip de DePuy; Rejuvenate y ABGII de Stryker; y el Sistema Acetabular R3 de Smith and Nephew, aunque también se han suspendido las ventas del Componente Acetabular Durom de Zimmer y se cree que otros implantes de cadera seguirán este curso. La lista de implantes de cadera exclusivamente metálicos o parcialmente metálicos potencialmente riesgosos incluyen:
Haga clic aquí para expandir la Guía de Implantes de Cadera Metálicos…
- Sistema de cadera Acetabular ASR XL de Metal-en-Metal de DePuy
- Sistema de cadera de superficie ASR de Metal-en-Metal de DePuy
- Sistema de copa Acetabular Pinnacle de Metal-en-Metal de DePuy
- Implante de cadera Rejuvenate de Cerámica-en-Metal de Stryker
- Implante de cadera ABGII de Cerámica-en-Metal de Stryker
- Implante de cadera M2A Magnum de Metal-en-Metal de Biomet
- Sistema de cadera Acetabular R3de Metal-en-Metal de Smith & Nephew
- Sistema Total de Cadera Conserve de Metal-en-Metal de Wright
- Sistema Total de Cadera Conserve Profemur de Metal-en-Metal de Wright
- Componente Acetabular de cadera Durom de Metal-en-Metal de Zimmer
Riesgos asociados con varios tipos de implantes de cadera de Metal-en-Metal relacionados con el desarrollo de metalosis
En términos simples, metalosis ocurre cuando el cuerpo percibe un implante metálico como siendo un cuerpo extraño y reacciona, tratando de deshacerse del mismo. Al cuerpo no conseguir remover el implante, pueden ocurrir inflamaciones, dolor y necrosis de tejidos. Cuando el metal de un implante se roza contra otra parte de metal, o se corroe cuando los fluidos corporales quedan atrapados alrededor de un componente específico de metal, fragmentos microscópicos de los metales cobalto y cromo se desplazan hacia los tejidos circundantes o incluso hacia la corriente sanguínea.
El cuerpo trata de protegerse contra esas partículas de metal mandando macrófagos, glóbulos blancos especiales de la sangre, para atacar el área afectada y destruir las partículas metálicas. El objetivo del cuerpo es el de “atrapar” a los metales en el área inflamada y prevenir la propagación de los mismos a otras partes del cuerpo. En algunos casos de implantes de cadera metálicos, el sistema inmunológico manda esas células “luchadoras” a la membrana sinovial, resultando en una condición llamada sinovitis. Aunque la sinovitis es similar a la artritis, o inflamación de las articulaciones, la sinovitis resulta en niveles extremos de inflamación en las finas capas celulares que revisten las articulaciones, que a su vez ocasiona dolor y movilidad limitada.
Desafortunadamente, el cuerpo simplemente no tiene el nivel de defensa necesario para luchar efectivamente contra el desprendimiento de cobalto y cromo. Cuanto más tiempo permanezcan esos metales en el cuerpo, más daño sufrirá el cuerpo. En algunos casos, el hueso alrededor del implante puede ser destruido como resultado de la presencia de esos metales, causando el afloje del implante y, eventualmente falla total del mismo. Cuando ocurren fracturas, infecciones severas o afloje del implante lo más probable es que sea necesario llevar a cabo una cirugía de revisión, durante la cual el implante será reemplazado con otro tipo de implante.
Los doctores no entienden íntegramente por qué algunos individuos presentan una fuerte reacción a los metales en su cuerpo, mientras que otros individuos aparentan tener un nivel de tolerancia a la presencia de metales en su cuerpo bastante alto. Las personas que presentan mayor sensibilidad a la presencia de metales en su cuerpo, lo que esencialmente es una reacción alérgica a los metales, no solo tendrán una respuesta autoinmune “normal” a la presencia de metales en el cuerpo sino que también su sistema inmune multiplicará sus esfuerzos de eliminación del cuerpo extraño. Cuando esto ocurre, el tejido normal, sano, puede quedar atrapado en el “fuego cruzado”, por así decirlo, dañándose durante ese proceso. Desafortunadamente, hasta esas personas cuyos cuerpos son sobre-estimulados al tratar de eliminar el cobalto y el cromo de sus sistemas, lo más probable es que estén luchando una batalla perdida.
Cuando los glóbulos blancos atacan un cuerpo extraño como los implantes de cadera, se acuerdan de los organismos que habían marcado anteriormente, en otra tentativa de invasión. Cada vez que el cuerpo lucha con un invasor extraño, produce secreciones cuyo objetivo es aniquilar al invasor. Un implante de cadera metálico, sin embrago, constantemente desprende y esparce iones a los tejidos circundantes y a la corriente sanguínea, ocasionando que, como resultado de los repetidos intentos frustrados de eliminar el cuerpo extraño, el sistema inmunológico esté en un constante frenesí.
Imagine una alergia alimentaria en la cual el cuerpo ha identificado una sustancia en particular que es tan peligrosa para su propia existencia que si el cuerpo entra en contacto con ese alimento, desencadena una reacción autoinmune exagerada. En el caso de un implante de cadera metálico que esté desprendiendo metales nocivos, el cuerpo puede no poder encontrar ninguna semejanza con otros objetos nocivos encontrados anteriormente. Los receptores de implantes de cadera metálicos se pueden preguntar cuáles son los riesgos reales de desarrollar metalosis. Un ensayo detallado en la revista Journal of Orthopaedic Research acompañó a 259 pacientes que recibieron sistemas de recambio o implantes de cadera exclusivamente metálicos y los compararon con un grupo de control de edad y género semejantes. Comparado con el grupo de control, todos los pacientes presentaron niveles de cobalto y cromo mucho más altos. De hecho, los niveles de cobalto fueron, en promedio, 50 veces más altos, mientras que los niveles de cromo fueron promediamente 100 veces más altos en aquellos con implantes de cadera metálicos que los del grupo de control, todos los pacientes con implantes de cadera metálicos presentaron evidencias de la presencia de fragmentos metálicos en el cuerpo, la mayoría en niveles extremos.
Síntomas de Metalosis
Aquellas personas que tienen un implante de cadera de metal-en-metal o de metal-en-cerámica deben conocer los síntomas potenciales de metalosis. Posibles síntomas de metalosis pueden incluir la presencia de pseudo-tumores, masas de células inflamadas que se parecen con un tumor “tradicional” pero que en realidad solo son acumulaciones de fluido, así como también la presencia de sarpullidos evidentes (que pueden ser indicios de la presencia de tejidos necróticos o “moribundos”). Otros síntomas claves incluyen dolores en la cadera o en la ingle, dificultad al caminar o estar parado, hinchazón o inflamaciones obvias y afloje o falla del implante de cadera metálico.
Ciertos ensayos demuestran que las mujeres que recibieron implantes de cadera presentan un riesgo mayor de desarrollar metalosis, así como también los individuos más bajos o los pacientes obesos. En esos casos, se ejerce un esfuerzo mayor en el implante, resultando en niveles elevados de iones de metal desprendidos en el cuerpo. A la vez que los niveles de cobalto y cromo continúan aumentando en el cuerpo, se pueden manifestar los siguientes síntomas: disturbios emocionales, dolor de cabeza, mareos, confusión, pérdida de memoria, trastornos gastrointestinales, infecciones recurrentes, ardor, sensación de hormigueo o entumecimiento en las extremidades, sarpullidos de la piel, problemas cardiovasculares, renales o de la tiroides, y trastornos de la vista y auditivos.
Consulte con un abogado
Si usted ha recibido cualquiera de los implantes de cadera arriba mencionados, sin importar si usted ya presenta algún síntoma o no, es extremadamente importante que usted analice con su médico los riesgos potenciales de su implante. Conjuntamente, aunque usted aún no haya sentido dolor o ninguna otra señal específica de metalosis, usted también debería analizar su caso con un abogado altamente cualificado que pueda evaluar los hechos específicos relacionados con su implante. Sus preguntas pueden ser contestadas mucho mejor y usted podrá entender mejor sus derechos.